"Lo que ocurrió en Colonia la noche del 24 de enero de 1975 fue una especie de milagro. Nadie esperó tal revolución en el arte de la improvisación; todos los gestos, todas las punzantes armonías, todas las líneas melódicas, todos los chillidos y suspiros del hombre al piano, todo fue espontáneo. Él simplemente se sentó, posó sus manos en el teclado, cerró sus ojos y tocó. Y lo que surgió de allí fue mágico. Escuchar detenidamente el Concierto en Colonia produce efectos hipnóticos que solamente son interrumpidos por los pequeños gritos, gemidos, tarareos y golpes con el pie con los que se acompaña en ocasiones. Sin embargo, todas las circunstancias que se dieron ese día fueron completamente adversas para poder llevar a cabo el recital, y por esta razón hasta el último minuto, Keith Jarrett quiso anular la presentación. El motivo fundamental se basaba en que el piano que había solicitado -un Bösendorfer 290 Imperial Concert Grand Piano- no le fue proporcionado por Vera Brandes, una joven y entusiasta promotora de música. Por otra parte, Jarrett se encontraba muy cansado después de un largo viaje en automóvil desde Zurich, donde días antes se había realizado una serie de conciertos. La noche anterior a ese viernes no había dormido bien, lo que se había manifestado en fuertes dolores de espalda. Para colmo, el concierto había sido programado después de la Opera lo que significaba que su inicio sería después de las once y media de la noche. Afortunadamente para la historia de la música, Keith no anuló su concierto y decidió poner absolutamente todo de sí, sobreponerse a la adversidad y sin quererlo producir una de las más sublimes grabaciones de piano improvisado."(www.laquintadisminuida.com)
"Lo que ocurrió en Colonia la noche del 24 de enero de 1975 fue una especie de milagro. Nadie esperó tal revolución en el arte de la improvisación; todos los gestos, todas las punzantes armonías, todas las líneas melódicas, todos los chillidos y suspiros del hombre al piano, todo fue espontáneo. Él simplemente se sentó, posó sus manos en el teclado, cerró sus ojos y tocó. Y lo que surgió de allí fue mágico. Escuchar detenidamente el Concierto en Colonia produce efectos hipnóticos que solamente son interrumpidos por los pequeños gritos, gemidos, tarareos y golpes con el pie con los que se acompaña en ocasiones. Sin embargo, todas las circunstancias que se dieron ese día fueron completamente adversas para poder llevar a cabo el recital, y por esta razón hasta el último minuto, Keith Jarrett quiso anular la presentación. El motivo fundamental se basaba en que el piano que había solicitado -un Bösendorfer 290 Imperial Concert Grand Piano- no le fue proporcionado por Vera Brandes, una joven y entusiasta promotora de música. Por otra parte, Jarrett se encontraba muy cansado después de un largo viaje en automóvil desde Zurich, donde días antes se había realizado una serie de conciertos. La noche anterior a ese viernes no había dormido bien, lo que se había manifestado en fuertes dolores de espalda. Para colmo, el concierto había sido programado después de la Opera lo que significaba que su inicio sería después de las once y media de la noche. Afortunadamente para la historia de la música, Keith no anuló su concierto y decidió poner absolutamente todo de sí, sobreponerse a la adversidad y sin quererlo producir una de las más sublimes grabaciones de piano improvisado."(www.laquintadisminuida.com)
ResponderEliminar